
El problema no es solo que barcos sigan llevando carbón colombiano a Israel para alimentar el genocidio, a pesar de lo que ordenó Petro, el problema es que el sionismo sigue en las entrañas del Estado colombiano; y ellos no quieren al presidente Petro ni poquito.
Desde ese contexto es que debemos discutir las trabas que le aparecen al Gobierno cuando intenta hacer realidad sus iniciativas a favor de Palestina.
Estamos ante un genocidio. Y entonces decimos: “el mundo tiene que hacer algo”. En eso estamos de acuerdo. Ahora, el problema grave es que, para unos, Petro hace mucho; y para otros, Petro no hace nada. Por ejemplo, mienten, al decir que las ayudas a Gaza terminan dejando sin ayudas a los niños de La Guajira.